El planteamiento filosófico oriental plantea un nuevo paradigma con respecto a la acción física o mental. Este paradigma plantea cuál es el nivel de eficiencia que puede haber en la atención y que, en su mayor grado, llega hasta un estado al que llamamos No-dualidad. La No-dualidad es un atributo de percepción donde perceptor y percibido son simultáneos y no secuenciales, en el que no hay partes ni fronteras, y desde el que es posible conocer todo lo potencialmente cognoscible.